Vencer la Frustración

orlandomagno

LO QUE SUCEDIO: cuando cursaba 4 año de primaria en la Colombia inhumana y corrupta, una docente de ciencias sociales nos entrenó durante semanas, para que en una izada de bandera o ceremonia escolar, saliésemos vestidos de vegetales y verduras.

Docente que nuca olvide, por la calidez de su ser y su devota consagración a la docencia.

El caso es que hasta ese momento yo era el mejor expositor. Puesto que la pequeña parte de mi discurso, ya la tenía más que aprendida que cualquier otro niño, es decir: memorizada y entrenada.

Todos mis amigos me aclamaban, lo cual género en mí un sin número de emociones, y más cuando estas poseían la fuerza fugas de la niñez.

El día de la izada de bandera nos colocamos nuestros trajes, unos vestidos de tomates, de habichuelas, repollos, y por su puesto de pepinos, ya que yo era uno de ellos.

Al salir de nuestro salón de clases que quedaba justamente al frente de la tarima oficial del colegio, y que se usaba para sus constantes celebraciones. Observe una cantidad de estudiantes que formaron en mi mente, la imagen de un escuadrón de hormigas que imponentemente colocaban sus miradas sobre mí.

La docente salió y nos presentó. Nosotros nos ubicamos en fila. La maestra tomo el micrófono y se lo entregó a la niña vestida de tomate, la cual inmediatamente duplico el nivel de su voz y dijo: yo soy el tomate y sirvo para muchas cosas, entre ellas guisados, ensaladas, etc.

Luego la habichuela, el repollo, y por supuesto el pepino que artísticamente les daño su eterna presentación.

Ya que cuando me entregaron el micrófono lo tome en mis manos, y lo aferre contra mi pecho, y mirando a la multitud intentaba hablar, y no conseguía más que tararear y muletear.

Lo cual produjo la risa de los más de 200 estudiantes de la institución, y nos los culpo. Porque si yo hubiese visto a un niño con cara de ratón atemorizado, talvez me hubiese muerto de la risa.

Rápidamente el rostro angelical e inocente de la niña tomate, apareció en la escena y me rapo el micrófono. Y con autoridad expuso mi repertorio.

Después de aquel momento traumatizante. Me encontraba en un callejón sin salida. Enfrentar a mis amigos, los cuales al terminar nuestra presentación se fueron para el salón de clases a colocarse sus uniformes. Mi "YO" ya no era un "YO" tan grande. Era un "yo" pequeño, y en minúscula.

Cuando ingrese al salón de clases, todos mis compañeros comenzaron a gritarme una multitud de cosas, las cuales parecían ráfagas de ametralladora contra una conciencia algo atropellada por este terrible incidente, y por sus evidentes consecuencias.

Nos sentimos muy desilusionados de ti decían unos, otros gritaban: dañaste la presentación, de que nos sirvió tantos meses de preparación, para que usted nos dañara la presentación.

De repente una conciencia algo más madura y con más experiencia en esta clase de sucesos matutinos de la vida diaria, me defendió. Era mi maestra. Los días pasaron y el don de los niños alumbro mi paz. Puesto que se olvidaron de mi pecado, y me perdonaron. Talvez por eso Jesús dijo que debíamos ser como niños para ver el reino de Dios.

Por extraños motivos tuve que abandonar la escuela pública, y dejar a mis eternos amigos. Mi madre deseaba que yo me educara en un colegio privado. Y desde luego así fue.

Cinco años después le dije a mi madre que no invirtiera más su dinero en mí. Que ya había aprendido lo suficiente, y que me permitiera volver a la escuela pública porque aun mis amigos estaban allí, ninguno se había cambiado de colegio a excepción de Elkin, uno de nuestros mejores compañeros, al cual la muerte le quito el aliento de vida.

Durante esos cinco años aproveche para vencer el temor de expresar lo que muchas veces el alma siente. Y simplemente dejaba fluir lo que pensaba, correcto e incorrecto.

Lo hacía sin ninguna clase de temor, aquí ya no era cuestión de lógica, de falsedad o de verdad. Todo lo contrario, era cuestión de humanidad y humildad.

Mi madre acepto cuando le argumente que el buen estudiante lo era, tanto en colegio privado como público. Que la responsabilidad radicaba en mí.

Al volver mis amigos me recibieron emocionados, ya algo más maduros, más experimentados etc. Como siempre las izadas de bandera continuaban siendo el plato fuerte de la institución y  nosotros comida a la carta.

A si eran las cosas en la escuela. Un día pasaron por los salones preguntando quienes participarían en el evento.  "yo" con letra minúscula,  dije que participaria solo, y que además lo haría con una poesía para el día de la mujer.

Cuando la joven del grado 11° de bachiller se retiró, muchos de mis amigos me decían en broma. Si vuelves a hacer lo mismo del pepino, la vergüenza te la llevaras solo. Y lo peor de todo es que las niñas de once se van a burlar, y no podrás ser novio de ninguna de ellas. Y los que hemos estudiado el bachiller sabemos que las cosas son así, ser novio de una niña de once, es algo que te permite recibir miles y miles de miradas en la escuela o colegio.

Bueno el caso es que aquel día llego, y de repente mencionaron mi nombre. Al pasar a la tarima una maestra tomo el micrófono en las manos y me lo entrego. Yo mirando a los 400 estudiantes de todos los cursos, suspire y me senté en la tarima, entonces la gente para poderme ver atrás, pidieron que los estudiantes de adelante se sentaran.

A si fue, tome el poema que compuse y comencé a leerlo. Al terminar. Escuche una gran emoción de las niñas de once 11°, que comenzaron a aplaudir, y como si hubiese sido algo contagioso, en dos segundos los mil estudiantes aplaudieron unánimes.

Fueron 15 segundos de fama inolvidables. Desde entonces las niñas de todos los salones me buscaban para que les escribiera hermosas poesías. Una especie de Neruda anónimo. Bueno, la mejor parte de mi historia fue cuando llegue al salón, todos mis amigos me aplaudían, me abrazaban y decían; bien, nos ganamos a las niñas de once por usted.

Entonces mi alma descanso, porque ese había sido mi propósito. No tanto aquella fama pasajera, y si la capacidad de demostrarme a mi mismo que si podía hacerlo.

  • Autor: orlandomagno (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de mayo de 2016 a las 08:46
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 12
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