Oda a la corrupción

Samuel Santana

Ando por mi pueblo

 y te veo por todas partes.

Como un bufón,

corrupción,

me sales y te burlas.

Te has reído del anciano desvalido,

del niño sin pan,

de la viuda abandonada,

de los huérfanos

y del  futuro del obrero.

Tu perfidia nos ha dejado en la miseria,

en la angustia

y el dolor.

Las calles están destartaladas

y no hay medicina,

escuelas, agua;

solo oscuridad y desfallecimiento.

Vi tu celaje, cínico,

entrar por la puerta del palacio y

arrellanarse en la silla del ministro.

Entre los contratos,

papeles, folders y legajos,

allí metiste tus manos de garras oscuras.

Cuando entraron al parlamento,

ya tú esperabas a los hombres de traje negro.

Saltabas de un asiento al otro secreteando al oído.

De contrabando en el portafolio,

también te infiltraste en la junta de los banqueros.

Vendaste la mirada de Dice y,

con el polvo de tu magia,

adormilaste la conciencia de los jueces.

Por ti el pueblo es un viejo en bancarrota y

 un deudor en la mugre.

Los sin techos, ahora multiplicados,

miran tristemente a través de los cuencos sin aceite,

los hijos enfermos,

los trastos destartalados,

las cañadas pestilentes,

las goteras en invierno y

los muladares improvisados.

Pero, corrupción,

no te voy a desterrar como Pablo a la pobreza.

Eres un cáncer al que se debe extirpar.

Yo, junto a muchos otros de buena voluntad,

uniremos fuerzas para aniquilarte.

Despedazaremos tu ropaje de payaso y

te romperemos los dientes para que se acabe tu mueca azarosa.

A todos tus cómplices los forzaremos a devolver el botín y los encerraremos en los calabozos sin aire ni ventanas.

Escribiremos sus nombres con tintas indelebles en los muros de las calles para que los vean sus esposas,

sus hijos y sus generaciones.

Serán los repudiados invasores que arruinaron la ciudad.

Con la espada de la transparencia y de la justicia, corrupción, te cortaremos la piel,

vaciaremos tu sangre y

destrozaremos tus huesos hasta que desfallezca.

Dentro de una fosa insondable,

allí te arrojaremos para que nunca más se vuelva a ver en nuestro suelo tu odiado rostro de cascarón.

  • Autor: Samuel Santana (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de mayo de 2016 a las 10:10
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 3851
  • Usuarios favoritos de este poema: Carmen Angelical
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Comentarios +

Comentarios3

  • Rafael Escobar

    Una real y triste situación la que has descrito. Los cantos de sirenas que los políticos corruptos enarbolan en sus campañas electoreras han llevado a nuestros pueblos a la mansedumbre y y el fanatismo, y la corrupción campea abiertamente en nuestros cielos.
    Como dijo Bolívar: Nos han sometido más por la ignorancia que por la fuerza. Y para lograr enterrar esa corrupción, como dice tu hermosa oda, lo primero que se debe hacer es intentar abrirle los ojos a aquellos, que consciente, o inconscientemente colaboran para que la corrupción tienda sus alas de desgracias. Mi felicitación por tan hermosa oda. Saludos.

    • Samuel Santana

      Tiene toda la razòn, mi hermano. Pero adelante que un dìa serà.

    • jaquemate

      deberíamos hacer eso de escribir con tinta indeleble sus nombres en los murales de las ciudades, de las instituciones... así quedan de por vida en la historia de los corruptos de nuestros pueblos.
      Un gusto leerte.

      • Samuel Santana

        Abrazos desde mi patria, hermano

      • Carmen Angelical

        Esto escribió un joven paraguayo, Bruno José Saldaña.... que genialidad!!!!. pero, mala idea no es.Habría que prohibir la lectura
        De verdad, no es joda.
        Si prohibimos la lectura en el país, por lo menos vamos a sentir menos culpa.
        Vamos a poder decir orgullosamente que, en el Aqui nadie, nadie lee porque es prohibido; y no, porque a nadie le interesa, como ahora.
        Ojo que de por ahí. Por esas cuestiones inexplicables del comportamiento humano, logramos que; prohibiendo la lectura, la gente empiece a leer.
        Nos gusta tanto infringir las leyes, e ir contra la reglas; que la verdad, no me sorprendería.
        Que leer, sea un acto revolucionario.
        Un acto heroico, lleno de rebeldía y adrenalina.
        Como comprar una cerveza antes de los 18. O andar a 200 km/h sin casco en una moto.
        Que sea ilegal, como la portación de armas, o el consumo de drogas.
        Tal vez así, la lectura se vuelva popular.
        Ojalá algún día, podamos ver caer a un cargamento de libros incautados por la SENAD, de una avioneta en alguna estancia.
        Y que la gente vaya a la cárcel, por tráfico de grandes clásicos.
        Que las personas marchen por las calles, pidiendo que se legalice "el consumo" de información.
        Y que los barras bravas; en vez de dibujar plantitas en sus banderas, dibujen también libritos.
        Que, además del Che; se tatuen los rostros de Roa Bastos y Garcia Marquez.
        Que lindo sería, que así como te cuentan orgullosos que anoche tomaron un cajón entre dos; mañana te cuenten que se tragaron los 10 caballos de troya en una sola noche.
        O pasar por una mansión enorme y que te digan: Atende, que esa es la casa de un escritor.
        Que lindo sería.
        Hoy por hoy, ser ignorante es una decisión total y absolutamente personal.
        Si tenemos tiempo y megas suficientes para compartir boludeces las 24 horas del día, también tenemos como para descargar un buen libro y leer.
        Si crees que el gobierno invierte poco dinero en educación, preguntate cuanto tiempo invertimos nosotros en lo mismo.
        Nadie invierte en algo, que a la gente no le interesa.
        Son reglas básicas de cualquier emprendimiento.
        No se si viene al caso, pero relacioné tu poema con este escrito. Un Abrazo.Excelente tu escrito. Saludos

        • Samuel Santana

          Genial. Cuanto me ha gustado. Gracias por compartirlo.



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