Apenas llega el crepúsculo
me someto al silencio,
prisionero entre libros
con nostalgias y sueños.
En ese mundo tan mío
una luciérnaga me acompaña,
la tengo en mis manos,
no tiene alas,
sólo su brillo incandescente
que a veces se apaga
y que enciendo de nuevo
con pausada calma
para que me alumbre
con su débil llama.
Esa misteriosa luciérnaga
muere entre mis dedos
pero hay miles de ellas
que harán el relevo
porque todas quieren
quitarme el aliento,
borrando la ansiedad
que por dentro llevo.
Tal vez me maten
con su débil fuego
y la nicotina
que es su veneno.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2016 a las 13:58
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema es un fragmento del libro de mi autoría titulado: "Estrellas, luciérnagas y humo".
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: JADE FENIX, Carmen Angelical, la cuerva
Comentarios3
Como siempre mi querido amigo, excelente en tus letras.
un placer leerte.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias amiga Jade. Unas luciérnagas extrañas me inspiraron ,jejeje. Un abrazote.
Saludos, mi querido amigo!!! como siempre excelentes letras
Saludos mi apreciada Carmen. Un gusto recibir tu saludo y tu comentario. Un abrazo para ti.
Fui una fumadora y con esfuerzo logré vencer la adicción. Hoy digo que el cigarrillo envenena. Muy buena tu advertencia amigo.
Saludos de Bea.
Que bueno amiguita. Un abrazo libre de nicotina, yo también dejé ese vicio hace casi 26 años. Saludos.
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