Este navío de grandes aventuras
me ha traído esta vez hasta aquí,
donde las gaviotas y los peces no se encuentran,
donde el sol se refleja cristalino en los granos de sal.
Este navío me ha traído hasta aquí
sin mapa,
sin compañero.
donde las playas son lejanas,
la bien conocida "nada".
Cabe mencionar que,
aunque es evidente,
estoy perdida dentro de este óceano resplandeciente,
y disculpen la paradoja,
me encuentro en un mar desierto.
Perdida,
tan perdida,
no hay rastro de mí,
no hay rastro de mis sonidos,
nada.
Dentro de la "nada"
comienzo a visualizar
ser parte de la "nada"
y ser "nada" por siempre:
una vez que te pierdes y olvidas buscarte,
temo decir que llegaste a la máxima ignorancia,
ignoras de ti,
ignoras de tu entorno,
inclusive ignoras de la propia "nada",
ignorante viajero en una fantasía,
laguna mental.
¿En qué momento me ha cambiado la mirada?
¿Cuándo dejé de escucharme?
No lo sé,
quizá esta pérdida que ha sufrido mi ser
pueda ser la ignorancia más sabrosa,
rica,
relajante,
escucho a menudo que la ignorancia,
sí bien es un arma,
también es la felicidad eterna,
¿o un castigo?
es subjetivo.
- Autor: Andrea León Hernández (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2016 a las 02:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: Aliciacarolinag, nelida moni, Sergio8336
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