Dorados serafines decoran sus pupilas,
tejen con sus aúreas alas
una mirada de amor encendida.
Ella es un alma de nieve, pura y sensitiva,
cuyos labios, más suaves que cualquier flor,
se curvan en una gloriosa sonrisa.
Y no bastandole con esas dos divinas
gracias, obra un milagro mas
para mi alma consumida por el dolor:
¡una caricia!
¡Ah! si tan solo pudiera corresponder
la ternura con que me mira,
la esperanza con que sonríe...
¡pero son tan diferentes nuestras vidas!
Las sombras son mi destino y ella...
¡ella es ficticia!
- Autor: Norman P. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2016 a las 11:51
- Comentario del autor sobre el poema: Tan cruel es el tiempo que transcurre mientras un amor imposible consume nuestra alma y razón. ¡La espera! esa pequeña e infernal cárcel donde toda esperanza, al no verse materializada, sucumbe... y después, la triste resignación.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 176
- Usuarios favoritos de este poema: Aliciacarolinag, Hija del mar, Oceánide♡
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