Libera la carga
(pero no hay metáfora marítima
ni proa ni carga ni algas
que ordenen el sentir)
o desplázala a otro salón
(¿pero donde está el mar
en esta habitación?)
sellada al vacío, en él
vacío, entre tanto aire
viciado..
tantas son las recaídas del hombre..
Aunque carezca de espejos
la luna, se repite en cada pecho
y los aparatos que habitan
remiten a mí
a mi cabeza, a mis dedos
la maldición etnocentrista.
casi sin darme cuenta
casi sin querer hacerlo
lo hice
ya no la quiero
ya me produce nada
fuente de nada, causa, cumbre de nada
útero de silencio
su figura es olvido
y ya no hay gracia en la tortura
del recuerdo
ahora tú eres sol y luna
que tantea mis murallas
entre tiempos de armisticio
ahora eres plan y estrategia
de mis entrañas rabiosas
casi sin darme cuenta
casi sin querer hacerlo
la cambié por otra
desplazando mi carga a las olas
y ofrendando sus tributos en la playa
(¿pero dónde está el marino
en este valle florido?
¿y hacia donde va el sujeto que ama
que lleva mi nombre
y me recuerda tanto a un hombre que conocí?
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2016 a las 23:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
- Usuarios favoritos de este poema: eibaoga
Comentarios1
Hemosos versos, que inspiran y deslumbran
gracias estimado, me alegro que te haya gustado
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