El camino de la vida,
fragoso o fácil
endurecedor o enternecedor.
En cualquier caso obligado
para todos los humanos,
que buscando ser felices
y olvidando ser tiranos
lo recorren diferente
y en algunos no deja rastro.
Invocamos a la suerte
desdeñando los esfuerzos,
deseamos escalar
para conseguir buen puesto
y a medida que avanzamos,
aunque la estatura es firme,
llegamos a ver bajitos
a los de la misma estirpe.
Tanto tienes, tanto vales,
lo saqué de una canción,
pero a veces quien más tiene
es el de menos VALOR.
VALOR como gran palabra
con contenido mayor
que aunque muchos son posibles
albergados, pocos son.
Busquemos entre los grandes,
GRANDES, no de corazón
sino entre los que se creen algo
más que tú, aunque menos son.
Más duro se hace el camino
si no te hace crecer
y en tus propósitos no incluyes
tener alguien a quien querer.
Un querer sin condiciones
sin diferencia de status,
que el único baremo que use
sea, del corazón su tamaño.
Grande y lleno de valores
para todos los iguales
con ilusión y esperanza
de hacer el camino grande.
Porque largo se hace en la desdicha
y grande se ansía en la dicha,
y, ¿quién si puede elegir
no querría ser feliz?
Busca en tu interior
y mira a tu alrededor,
piensa en lo deseado
y observa hacia dónde vamos.
Si el camino ves torcido,
para cambiar nunca es tarde
y más vale un cambio a tiempo,
que una vida sin aliento,
sin esperanza ni ilusión,
que una vida SIN VALOR.
- Autor: Leonor Cuevas Martín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2016 a las 08:16
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: Hija del mar, yony1971
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