En cada linda mañana
cuando pasaba Carolina,
con dulce y tierno mirar,
me hacìa el alma alegrar.
Y ha pasado el tiempo
en que no veo su suave andar,
ya su mirada no la tengo,
y no se por dònde andarà.
Pero en mis pensamientos vive
por la eternidad.
Pero como la extraño: Carolina
estoy sufriendo de soledad,
hasta mi jardìn lucìa para ella:
¡como extrañamos su andar !
- Autor: CIGARRITO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de mayo de 2016 a las 15:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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