No medito en los rumores de las bocas
ya que digan lo que quieran de mi suerte:
que yo emplumo como el ave, como ocas…
sin temer ni a los abismos ni a la muerte.
Aunque digan que interpreto a las carocas
mi guiñol te seguirá para quererte.
¡Ay! mi lloro zarandea hasta las rocas
porque tengo ya el metal para ofrecerte.
¡Si examinas los latidos de mi pecho
sentirás como relámpagos mis venas,
porque duermen tus retratos en mi lecho!
¡Aunque digan que se caen mis antenas
seguiré tu remolino en rumbo estrecho,
pues tus olas multiplican mis arenas!
Soneto dodecasílabo continuo, ritmo 3,7,11
- Autor: Marah ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2016 a las 10:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: Paola Marrero, nelida moni, ESCOLASTICA SALAZAR GOMEZ
Comentarios3
Es verdad; digan lo que digan. Hermoso soneto mi bella Mariposil. Me ha encantado leerte. Recibe un caluroso saludo.
profundo amiga felicidades
¡Bueno! José L...
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