Solo amanece, solo despierta
aquel horizonte que parece infinito
hoy se hizo calles y esquinas elegidas
y sin haber golpeado la puerta
la espera se hizo madrugada
un relincho en la pampa hostil
un amanecer que no es igual.
Ya no se esconden los nortes en los días
y los días no son minúsculos mundos
con costas sin sorpresas y llanuras grises
lo infinito de los sueños comienza a ser vertiente
o recuerdos que no son olvidos extraviados
cuando el tiempo que también es un invento
termina siendo la brida que pone el lazo
a la aventura sin permiso
al cielo de otoño generoso
y con el escaso sol de la estación
seca el barro donde nos quedamos
Empantanados con nuestros mañanas.
Estoy ungido de rebeldía y movimiento
llevo intacta en esta insurgencia innata
el ancho mar y el alarido intrépido
y asciendo en la marejada del instinto
como hacen los pájaros sorprendidos
en la tormenta repentina e iluminada
con mis manos extendidas rozando las brisas
y sintiendo la invasión crepuscular que nace
para estos recuerdos, que ayer fueron olvidos,
y hoy son ansias de nodriza y auras de misterio.
Carlos Brid
Derechos reservados
- Autor: Carlos Brid ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2016 a las 07:24
- Comentario del autor sobre el poema: Poema con metáforas sobre la búsqueda del yo y el incesante devenir de la vida en el amor y la resurrección.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: la cuerva, nelida moni
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