Un lápiz que se arrastra
en un papel sin sentido
una idea triste que palpita
y solloza tu partida.
Aquellos ojos que miré en tú vida
se tornan engranes sutiles
de un latido constante para sonreír
en el vacío de la noche fría.
Tus sonidos entrañables
que llenaron mis instantes,
abruptamente exaltado por tú llanto
¡Corrí! para abrazarte y postrarte
en mi pecho para que sintieras
mi calor, mi ternura.
Noches que aún estando frías
tus pequeños sonidos guturales
me inquietaba el alma,
por no entender, si me llamabas
o eran tus lamentos ahogados en tu alma.
¿Acaso sabias que me abandonarías?
tus cosquillas en mis dedos
tu mirada interrogante
y aún en tus últimos instantes
te aferraste a mi mano y lloraste,
me viste un instante, después te fuiste
me dejaste impávido en medio de aquel tráfico
en que corríamos para salvarte.
Te fuiste “cosita mía “,
en tu sepulcro, deposite una flor en tu pecho,
y después de la oración y sepulcral silencio,
en mi oído parecieron vibrar
una vez másese sonido gutural
que estremecía el alma,
le pido al universo y a la tierra misma
te abrace tiernamente, como lo hacía yo.
Del Poemario "Confesiones al Viento"
- Autor: Ramón Olivares ( Offline)
- Publicado: 17 de mayo de 2016 a las 06:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 161
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