PURO CUENTO

Érase una vez un niño que enfermo en su camita, le pedía a su paciente abuelo que le contara un cuento, el anciano trató de negarse puesto que no era muy ducho en ello, pero no se pudo resistir ante la súplica de su querido nieto, especialmente en ese momento crítico por el cual estaba pasando el niño.

Tomándose la cabeza con las manos y cerrando los ojos así comenzó: hace muchos años había un gran bosque que era muy rico, un espacio donde cualquier semilla que cayera crecía sin problemas, por consiguiente se sobreentendía que el hambre allí no tenía cabida.

Pero eso no era todo, contaba el lugar con un buen clima , lagos y todo lo que hiciera falta para tener una existencia feliz: UN LUGAR EN EL MUNDO PARA SENTIRSE REALIZADO, por consiguiente la gran cantidad y variedad de animales que allí convivían, no pasaban necesidades de ninguna índole.

Pero los desencuentros ideológicos (que los animales también los tienen) y la convivencia entre ellos, terminaban casi siempre en luchas intestinas que lo único que hacían era  ATRASAR EL BOSQUE EN SU MARCHA HACIA ALGO MEJOR

Nunca se entendió muy bien , pero lo cierto era que las riendas del poder, siempre estaban bajo la égida de algún animal autoritario y trasnochado, que anteponía sus apetencias personales y las de sus amigos, al bienestar de la manada.

El chico miraba con admiración y respeto a su abuelo, pero sin entender nada de lo que le estaba narrando. Continuó el anciano su relato: así seguían las cosas en ese lugar de las maravillas, hasta que un Buendía llegó un PELUDO y dijo: gobernaré con entera libertad, pero claro…allí no había universidades que enseñaran lo que es la verdadera DEMOCRACIA, justamente eso terminó cuando los animales del lugar se descuidaron y en menos que canta un gallo, se hizo con las riendas el zorro y lo primero que hizo fue llevar a cabo UNA SOMERA INVESTIGACIÓN (muy democrática…por cierto).

En primera instancia anuló todo lo hecho por su antecesor, acto seguido implantó un régimen de mano dura ( es una analogía…nada más), esto duró mucho tiempo, parecía que todos se habían acostumbrado y estaban de acuerdo, nadie decía nada.

Hasta que una vez…¿Qué pasó abuelo, preguntó con ansiedad el niño?, ten un poco de paciencia contestó el anciano…PASO A PASO. Un plomizo día oscuro y frío fue el preludio del siguiente acontecimiento, de entre los árboles apareció un LEÓN y con un ímpetu increíble les dijo a todos: HE PUESTO EN FUGA A LOS AUTORITARIOS, vengo a implantar la igualdad y el bienestar general, los demás los miraban con incredulidad y le preguntaron como lo iría a hacer, él les contestó que con la ayuda del MURCIÉLAGO…¡QUE ERA BRUJO!.

Acto seguido les comunicó que iban a tener las cosas más importantes aseguradas, entre ellas la más necesaria…la alimentación, todo esto “digitado” desde una choza en el centro del bosque, con un gran cartel decía: ANIMALES UNIDOS PARA EL TRABAJO Y LA RECREACIÓN.

Mientras todos estaban inmersos en sus cosas, no se dieron cuenta que un peligro acechaba, aparecieron en tropel los LOBOS tomando el poder, destruyendo la choza y con la consigna de que el que nombrara al león y su brujo lo mataban.

El cuento seguía de la misma manera, ya se estaba haciendo muy monótono para el abuelo, él pensaba que no tenía sentido pues el niño no entendería nada, pero mientras esto iba discurriendo, no se daba cuenta que las facciones del enfermito cambiaban según iba adelantando el relato, cuando de repente el niño se descolgó con la siguiente pregunta: ABU, ¿ LOS HABITANTES MIENTRAS TANTO QUE HACÍAN? ¿ NO SE REBELABAN ANTE TANTOS ATROPELLOS?.

El narrador se rascó la cabeza, un poco asombrado por la pregunta del niño y le contestó: no te olvides que ellos , con tantos acontecimientos recreativos, no tuvieron tiempo para educarse y ya sabemos que cuando no hay educación… ESTAS COSAS SON PREVISIBLES

El pequeño se quedó pensativo un buen rato, como si estuviese digiriendo todo lo que se estaba contando, mientras su rostro se iba poniendo cada vez más serio, pasó otro buen rato en que el abuelo creyó concluida la charla, aprovechando que el pequeño no hacía ninguna pregunta y alegrándose por ello.

Pasado un buen rato, el abuelo escuchó una pregunta que lo dejó azorado: LOS HABITANTES NO SE EDUCABAN PORQUE NO TENÍAN TIEMPO…¿O PORQUE NO LOS DEJABAN?.

El anciano azorado no atinaba a explicarle con más detalle la situación imperante, puesto que pensaba que era algo muy intrincado para que una criatura lo entendiese, por eso decidió cortar el relato contándole así: ¿SABES QUE? ESE PUEBLO NUNCA TUVO ARTE NI PARTE EN ESE BOSQUE…NI EN OTRO.

Así que por temor, indecisión o por ambos a la vez, se aferraron al plan de diversión en forma de actos de entretenimientos y a la donación de comida a los alcahuetes que allí los había en abundancia, todo eso avalaba lo que hacían desde la dirigencia.

La mirada del pequeño era como una máscara entre dolorosa y estupefacta, daba a entender un montón de cosas que atemorizaban al anciano y con los ojos casi cerrados por su estado y preso de una angustia atroz le confesó: abuelito querido, si yo viviera en el bosque no me gustaría crecer más ¡QUERRÍA QUEDARME ASÍ DE CHIQUITO!.

Pero ¿Por qué?, preguntó azorado el anciano, la contestación del niño fue como una puñalada en medio de su pecho, se había equivocado feo al pensar que por su corta edad su nieto  no entendería “el simbolismo del relato”.

Con un llanto desgarrador que partía el alma el pequeño le gritó en la cara…NO QUIERO CRECER MÁS PORQUE…

¡ NO QUIERO TERMINAR COMO VOS!.

                                   Boris Gold

(simplemente…un poeta)