Buscando paz volví a Tabasco,
buscando paz encontré a Dios en Comalcalco.
En sus flores, su cacao, en sus niños y sus calles.
En un refrescante pozol preparado con pataste,
y en las brumosas mañanas que nos regala diciembre.
El aroma que se desprende entre un cacaotal
no es otra cosa que la bendita gracia de Dios en estos lugares.
Las hamacas en las frescas tardes en los corredores,
los amigos que te abrazan y mis hermanos alabando a Dios.
El Señor reina aquí en todas las comunidades.
Cristo bebe pozol conmigo cuando estoy en Chichicapa,
en Tecolutilla y cuando voy a Carlos Greene.
La grandeza de Jesús se mira en Tabasco entero,
en los verdes platanales, en los cocales y el estero;
en la laguna de las Ilusiones y en el son del tamborilero.
© Armando Cano.
- Autor: Armando Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2016 a las 15:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 112
Comentarios1
Es grato saber que disfrutas en cada instante de la creación. Saludos fraternos poeta, Armando Cano.
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