Amor, de esta guerra lo que lacera
mi alma es tu distancia.
Pero tú en mi pecho me resguarda de las
armas forjadas y de la astucia enemiga.
En este campo de desgracia eres oración,
yelmo, escudo, adarga, coraza y
castillo fuerte; alzado y veteado con
zafiro y carbunclo precioso.
¿A quién he de temer si sé
que me espera?
Por ti asaltaré los muros,
rebasaré las trampas, derribaré ejércitos,
tomaré báculos, ciudades,
me haré del botín y pondré en alto el
resplandor de tu bandera indomable.
De aquí saldré ileso para ir en
pos de tus ojos, del almíbar de tus labios,
de tus manos de seda y
del ébano de tu piel.
La inquietante esperanza del amor
en la alcoba me hace guerrero
fiero en medio del valle de
muerte y del terror nocturno.
Espérame, amor mío.
Yo a tus pies he de rendir los
honores de esta angustia fastidiosa y
de lo que será todo mi glorioso triunfo.
- Autor: Samuel Santana ( Offline)
- Publicado: 23 de mayo de 2016 a las 12:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Comentarios1
Bonito y poético; aunque el contenido puede tener varias lecturas (traducciones).
Negativas: el loco este por amor a su novia derriba vallas, toma ciudades, derriba ejércitos...; derrama un río de sangre; si enemiga; ya poro estos son también hijos de Dios.
Los talibanes del cinturón que se inmolan por fe ciega en Ala, para que mueran infieles, (para ellos), pero son hijos de dios, y tal vez mas queridos que ellos.
Yo diría que el idealismo (de cualquier color) si sirve para soportar penalidades, bien venido; si es para eliminar al contrario no lo comparto ; aun entendiendo que
la poesía es arte y su poema es bello. Mi saludo amigo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.