Sábanas de seda pegadas a mi cuerpo en un frío invierno, invierno que sin saber trajeron tus besos, sin saber que aceptaba tu juego, con mi cuerpo te deleitabas con su esencia, con sus besos, sin saber que los tuyos serían sólo tragos amargos, besos sin sabor dìsfrazados en fuego, que secaban mi alma con tan solo sentirlos en una mirada perdiendo su brillo en cada madrugada, desvelos, muchas noche, una entrega que la pena no valió, susurros de frases que el viento se llevo, una copa de vino una botella en el piso me recuerda tu sabor, tus brazos atados a mí como sogas a un barco en mares agitados, tus dientes mordiendo mi piel, mi cuerpo, mis senos, mi ser, tu boca con aquel elixir de placer, tus pupilas dilatadas y brillantes que no me dejaban ver, aquella oscuridad de tu alma oculta debajo de un cuerpo casi perfecto, nada más diferente a ti, sin ningún reflejo sin sentimientos, quien podría llegar a pensar que fue un juego y nada más, un suspiro de niña que se hizo realidad, una estupidez que siguió pasando una y otra vez, mi corazón enamorado no me permitía ver, olvidando la verdad amando sin sentido, ya no volverá a pasar, aunque tu sabor amargo no pueda olvidar, aunque sienta aquellas sábanas que mi piel no se pueda quitar, aunque mi alma te tenga presente yo te voy a olvidar, me iré lejos como una lágrima caída recorriendo libros de dolor, entre versos, prosas vivencias de un adiós, entregas hasta un perdón.. Hoy me iré dónde no Puedas Hallarme, me convertiré en aquel tronco seco que solo sirve para leña, sólo logre encender el fuego de tus labios fríos como nieve que destruyo mi primavera, que cuando sienten los rayos del sol, se convierten en agua y caerán junto a los ríos bañando otras pieles. Me perderé para que nunca me encuentres y sin saber te Observaré de lejos en silencio, cuidando tu alma de cerca aquella que tanto ame. Más hoy te pido, no me busques, ya es tarde, no te diste cuenta te entregue mi vida y hoy me iré sin ella...

Liberando batalla Reyshell Mendez