No te puedo perdonar
por mucho que lo intente,
por mucho que comprenda
que fui sólo tentación
y que toda la pasión
que volcaste en mi lecho
haya sido, de hecho,
simplemente de ocasión.
No pude evitar,
por mucho que previera,
sentir en mi interior
el fuego abrasador
de tus veinte primaveras
y la fuerza contenida
en cada espasmo de placer,
en cada total entrega.
No pude comprender
que un día cualquiera,
sin motivo, sin razón,
para siempre te irías
y que al irte dejarías
un vacío en mi corazón
tan grande y profundo
hasta el día de hoy.
Una vez fui casi tu dueño
y tu mi gran prohibido amor,
fuiste mía de maneras
que no se pueden repetir,
pero sólo quedan recuerdos
y este viejo, amargo sabor
que por mucho que quiera
no me deja borrarte de mi.
- Autor: Miguel Eduardo del Canto Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de mayo de 2016 a las 07:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
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