La pequeña gota... Parte 2

Max Hernandez


AVISO DE AUSENCIA DE Max Hernandez
Con poco tiempo disponible.

 

Que hago contigo? Se pregunta preocupado. Dejarte a mi lado peligroso sería, pues con algunos segundos de vida ya me has opacado. Entonces tomo Dios una sabia decisión, como las que siempre ha tomado.
- Hagamos que esta pequeña gota nutra a todo el mundo con su belleza y su resplandor.

Quiso el buen Dios en su bondad infinita, compartir con el mundo entero toda la belleza y felicidad que con esta pequeña gota de su sangre se había formado.
Con un gran ceremonioso gesto, con una orden mental suya, mandó a la pequeña gota pulverizarse y mezclarse con todos y cada uno de los seres de la creación. Así lo ordenó, así lo dispuso.

Pero...
Ante su inicial sorpresa, luego enojo y enfado, la pequeña gota ni se ha inmutado. Sigue brillando a su lado como si nada hubiera pasado.

Puede ser eso posible? Una orden divina una minúscula gota ha desacatado? El mundo entero mira perplejo y asombrado. Dios sonríe, eres un hueso duro de roer, dice, pero ni te imaginas con QUIÉN te has metido.

Habiendo dicho esto, con un gesto que solo Dios sabe, levanta los poderosos brazos, y cual millones de truenos y relámpagos, la imponente divina voz ordena:
- Yo el Dios todopoderoso, te ordenó que te dividas en millones de partículas iguales y que cada una de ellas sea parte de todas las plantas y animales!

Luego de un gran estruendo y una luz enceguecedora al bajar los brazos, el silencio se apodera del mundo entero esperando que se diluyan las tinieblas y el polvo para observar el resultado. Aún haciendo fuerzas con sus poderosos brazos, miró el divino creador que la gota apenas por la mitad había cortado.

Pero la fuerza con la que ambas partes se atraen es tan intensa, que los brazos del mismo Dios tiran con infinita violencia. No cree lo que ve el creador divino, una pequeña gota lo ha casi puesto en ridículo. Pero algo ha notado, y que al estar en dos mitades, el brillo de la gota se ha apagado. Al dejar de hacer fuerzas, la gota nuevamente se une en una sola y empieza a resplandecer mas aún, opacando a todos a su alrededor.

Mira esta vez Dios muy pensativo. Que hemos creado? Una pequeña gota de sangre al tocar la ternura y la belleza con la fidelidad extrema mas el deseo se ha convertido en algo demasiado poderoso y hermoso que logra opacar a toda la creación entera, incluso al mismo Creador divino. Hemos de dividirla entonces, y de forma tal que sea muy difícil para ella unirse de nuevo, y la esconderemos de tal manera que será para ella casi imposible re encontrarse.

Es así como Dios nuevamente levanto los brazos con fuerza imponente, y atrajo hacia si toda la fuerza vital de la creación entera, de la tierra, el sol, la luna, las estrellas, de los cielos y los mares, de las plantas y los animales, e incluso de ángeles y demonios, todos ellos hijos suyos, y con toda la fuerza que jamás antes ni nunca después será vista, lanzó una enorme luz enceguecedora, y partió a la minúscula gota en partes iguales, atrapando a cada una de ellas en unas esferas de poder transparentes que no permitían que entre ellas se acerquen.

Todo volvió a la calma...

El sol sigue su camino en el cielo, la luna y las estrellas iluminan la noche en competencia a cual de ellas es mas bella. Los océanos y los mares rugen con violencia o acarician mansamente las arenosas playas. Las flores adornan a los árboles, las aves con su canto alegran el paisaje. Los campos llenos están de vida y por ellos libres caminan y saltan las bestias salvajes. En el centro de la creación una mujer y un hombre, curiosos ellos exploran todo lo que el Dios padre les dio de dotación. 


Pero...

Sentado en su trono eterno, el gran Dios mira sempiterno, dos pequeñas esferas que en su centro, llevan unas minúsculas gotas apenas perceptibles, que luchan por liberarse de la prisión formada, y se atraen mutuamente, queriendo ser una sola nuevamente.

- Muy interesante, dijo Dios para sus adentros, ya te tengo separada pero aún eres fuerte, y por lo tanto muy peligrosa. Pues bien, el plan sigue siendo el mismo.  Te esconderemos en el corazón de cada humano. Dormirás un sueño de diez mil años. Con la pequeña fuerza que emites las personas sentirán una sensación inigualable, a la que llamaran amor. Y tratarán de encontrar a su mitad perfecta dentro del mar de gente. Y haremos que las gotas se suelten sólo en el momento que ambas realmente se hayan encontrado.

Entonces al unirse, hombre y mujer, macho y hembra harán una fuerza y belleza tal, que nada en el universo podrá compararse, y serán capaces de lograr lo inimaginable. Solo para diferenciarlos, les daré un nombre a cada uno: Tú, que iras con el hombre, a ti te llamaré pirata bandido. Y tú, que iras con la mujer, a ti te llamaré pequeña traviesa.

Y bien, que empiecen los juegos...


Sentado en su celestial trono, extasiado por la belleza de lo creado, el buen Dios mira satisfecho, lo que con sus propias manos a forjado. Sentados en el paraíso, mirándose frente a frente, Adán y Eva no saben aún lo que les ha pasado.
......
Diez mil años después...
Separados por el tiempo y la distancia, el pirata bandido y la pequeña traviesa han despertado.

.....

  • Autor: Max (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de mayo de 2016 a las 00:59
  • Comentario del autor sobre el poema: Completando la pequeña historia...
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 33
  • Usuarios favoritos de este poema: María C., la cuerva, nelida moni
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios2

  • María C.

    Oh un buen colofón Max a tu historia de esa pequeña, pero gran gota maravillosa
    Un abrazo

    • Max Hernandez

      Me alegra que te haya gustado, amiga del alma. Una pequeña historia producto de un exceso de imaginación.
      Que tengas un bonito dia.
      Un abrazo
      Max

    • nelida moni

      Hermoso el segundo
      AMIGO!!!
      Gracias por compartir
      Nélida

      • Max Hernandez

        Me alegra que te haya gustado. Gracias por tus palabras, amiga
        Un abrazo
        Max



      Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.