La voz se extingue y comienza a crujir en los ojos del lector.
Tiene la fuerza del que obtiene la total atención que jamás se otorga en vida.
La presencia resta credibilidad.
Sombrío, dada la incapacidad de apartarse de uno mismo a sangre fría.
Cuando leéis a un muerto, sabéis que estáis vivos y las palabras ya no son humanas y señalan sin la ofensa y nos regalan lo propio.
- Autor: Jesus Benages ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2016 a las 07:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Comentarios1
El silencio dice mas que mil palabras, entre corazones sordos donde el alma muda grita con fuerza ser escuchada..
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