Vívida dama ¡noche del estro en miel creado!
Trópico a piel escarcha, meandros avellana
que recorren mis dedos torpes. Cara lozana
y pulcra, como un ángel que danza obnubilado.
Ángel de luz, divino placer de labio perlado,
creación diamantina de horizonte avellana.
Llena mis pasos fríos, mi tumbo en gris mañana
Con prodigios sutiles de tu pecho sagrado.
Enciende los minutos macabros de este averno
en que sangra mi verso, como un eco sombrío …
lento, sin forma, escueto, como hielo azul infierno.
Devuélveme las paces, devuélveme el estío
Que olvidé tras el paso nebuloso en invierno
Del demonio de arena que se duerme en mi brío.
- Autor: El cuenta Historias (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de mayo de 2016 a las 15:47
- Comentario del autor sobre el poema: Después de un retiro obligatorio, el hijo vuelve a casa. Saludos a todos
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, Boamed Lòpez, la cuerva
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