El tragaluz de España 2.000. Acto I electoral.

Se abre la escena con una televisión tirada en el campo. Está iluminado su cristal por un foco que va creciendo en intensidad bajo la luna llena, rodeada la televisión de esparragueras, cebollas, áloes veras, amaranto...
La puerta del jardín se ha abierto, y cogen unas manos estropeadas por el trabajo en el campo unas cebollas para cenar junto la televisión. Se trata de una persona de izquierdas que momentos antes se había acercado al cristal de un electrodoméstico similar en casa de sus vecinas que le esperan para empezar a cenar con ellas. Él , con la excusa de que los perros de su casa ladraban, se ha ausentado dolorido por un comentario y unos gestos de armen. Elena y Carmen mientras la cena se enfría y esperan a Ángel, ven la tertulia televisiva con indiferencia, pero prestando atención, a un programa electoral donde todos los partidos políticos anuncian regeneración democrática, desarrollo económico, oportunidades para todo el mundo, el rescate de la gente que peor lo está pasando, y la llegaba de la dignidad y el empleo para millones de personas ya excluidas del sistema.
Además, todo esto sería posible, sin que los ricos pagaran ninguna factura.

Ángel abre la puerta de su casa, la atraviesa hasta llegar a la cocina seguido de varios perros de una misma camada recogidos, y que por la noche duermen en la casa. Allí quedan varias barras de pan seco. Mete en el pan las cebollas con un poco de aceite y empieza a devorarlo caminando hasta el comedor llevando varias barras de pan seco. Termina el bocadillo en el tránsito de la cocina al comedor. El comedor es una destartalada habitación de unos 30 metros cuadrados con telarañas negras por el humo de la chimenea en las esquinas, una vieja mesa junto la ventana que hacia el mar que se ve al fondo, a varios kilómetros , y junto la mesa una estantería que contiene algunos ejemplares llenos de polvo de cuando estudiaba Ángel por la Uned psicología .
Varios perros hambrientos y tristes que le han visto en silencio devorar las cebollas ven como coge unas ramas y enciende fuego en la chimenea. hierve en la lumbre pan, cebollas y ajos de la huerta
Dialoga en la penumbra con el fuego, única luz en ese hogar cargado de miseria.

Debería preguntar Carmen después de escucharme, y no responderme después de escucharme.
La noche se hace más oscura cuando el fuego se apaga , y sirve Ángel a oscuras la cena a los animales que se abalanzan sobre ella como si fueran una nube de moscas.
No puede evitar sentir angustia por la escena de miseria que acontece bajo tu techo, sobre todo porque poco a poco va bajando una luz blanca más intensa para iluminar ésta escena.
Al terminar de alimentarse los perros , cada animal busca un sitio y se tumba por los rincones de la casa suspirando con alivio por haber cenado, con indiferencia de si alguno de sus hermanos no ha podido meter el hocico en el pan mojado porque otro ha hecho más fuerza con su hocico para dar un bocado más.
La luz desaparece como tragada por las lágrimas de Ángel, que se ha sentado entre los ladrillos de la chimenea que humea.  Acude a él un perro que se tumba en sus pies para que lo acaricie.

Angelillo de Uixó.