Vila en tus tiernos ojos esa vida
que dábale su marroncín color.
Y mírelos con alma enamorada
y con mi corazón sangrando amor.
Más hoy pequeña, lloro oscura sangre
y huyen mis rotas vísceras, de mis penas.
Y me encuentro en una altísima torre
donde hora me acompañan tristes almas...
Y ellas danme consejo tan romántico
Pues caer arriba debo al vacío,
pues mi corazón pídemelo loco.
Más yo asiento a su deseo romántico
y siento el susurro tíbio y suave
del fluir de mi sangre por mi cuerpo.
12/5/16
- Autor: ElContent (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de junio de 2016 a las 12:43
- Categoría: Triste
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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