Silente y traicionera
Un buen día llegaste
Sin pedirme permiso siquiera,
Dentro del corazón te anclaste
Comenzando el suplicio.
Con magos artificios
Y quietud placentera,
Comenzaste a borrar, del alma, las quimeras
Que retro-alimentaban
Con su luz el soñar.
Nunca te interesaron
Los motivos que tuve
Para feliz guardarlas,
Como eficiente bálsamo
Curando mis heridas.
Ellas daban salida
En mis noches de insomnio;
Hoy me amargas la vida
Pues vivo aprisionado
En sombrío manicomio.
¡Dáme el grato regalo
De bucear en tus aguas
Para intentar tenerlas
De nuevo en mi pecera
En gratos intervalos!
¡Libera la esperanza!
¡Abre ya la represa
Donde tienes ahogadas
Todas mis remembranzas,
Indeseada tristeza!
Comentarios2
Que profundidad estimado poeta. Se manifiesta la desolación ya abandono que a veces parecemos. Saludos es muy grato leerle. Aunque no le niego que me tensionó un poco lo leido
Gracias,amiga poeta. Veo que logré plasmar mi sentir, al observar tus letras.
Le envío, junto a mi agradecimiento, un fraterno abrazo.
Sobrio...me gustó mucho..Gracias por tu compartir,,
Saludos,
Raiza
Gracia, amiga poeta. Me place el que te haya agradado.
Saludos.
Saludos a ti también, Gracias...Raiza
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