El cielo gris cubre tus párpados tímidos
que no quiere recordar
esos días despejados.
Y aunque el deseo de la lluvia
Se vuele impaciente en ese corazón rebelde.
Cae la lluvia,
el cielo se nubla,
la melancolía ya no existe
y el amor hacia la lluvia
es inmutable.
La rabia ya no desespera
y la vida cada vez
se vuelve una fe eterna.
Y la gota de lluvia
parece estar
en paraíso
en tu cuerpo
que se desliza por
tus pechos congelado
hasta llegar a tu cadera
de curvas eternas.
- Autor: Aprendiz Alabastro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2016 a las 23:24
- Categoría: Triste
- Lecturas: 66
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.