Esta madrugada me he despertado.
Una música se oía en mis sueños,
Más de un punteo alegre acompañados
Y un arpegio triste y desesperado.
Pensaba que era Afrodita a quien oí.
Tampoco fue de Venus esa aquella voz.
Mis penas segaba, cual trigo la hoz,
Hasta que sus ojos profundos yo ví.
Por un momento yo he creído en Dios.
¿Cómo entonces podía yo pensar tan,
Que los ángeles como tú existían?
Más, ¿cómo no un ángel tiene dicha voz?
¿Y esos bellos cabellos por los cuales
Se ven notas más tus ojos adórnales?
30/05/16
- Autor: ElContent (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de junio de 2016 a las 19:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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