La letra con sangre

¿Cómo se hace para romper
y hacer un aporte a esta ruptura de mi y de ti?
¿Bastará solo una mirada introspectiva?
Para que me devuelvas esa parte de mi
del ayer en donde nos pensabamos
como iguales y las miradas abiertas
nos re encontraban
impregnadas de libertad de ser
Sin modelos patriarcales hegemónicos
Sin discriminación de género
Sin renunciar ni postergar
Sin las figuras masculinas asociadas al poder
y las figuras femeninas ligadas
al desamparo, el dolor y a la desprotección.
Sin dominación ni sumisión
¿Cómo se hace cuando nos descubrimos
frente al espejo intentando recuperar
el cuerpo de la amenaza?
¿Del chiste que cosifica y roba?
¿Del simple acto en que nada hace falta?
Y ... solo sobran razones
El espejo nos describe, nos construye
y también nos mata
en la extensión de los múltiples análisis
como hijos de víctimas
como testigos sobrevivientes
como seres residuales de orfandad
como odio encubierto, deseo y la pavura
donde nos matamos y violamos
donde tu y yo
configuramos el delito
del espanto, indignación e impotencia
donde las pruebas sobran
mientras nuestras voces desentonan
y el lenguaje se hace carne
y la letra es con sangre
sin giro lenguístico
Donde se muere atacada
y se aprende a ser
a vivir como todo un sí a estar muerto
El miedo a la muerte
y al sufrimiento
a ese miedo oculto por la culpa
de ser mujer, madre, prostituta
y muy putita
Tú putita, tú galletita
quemada por el fuego
como un coro infernal
al martirio mortal
en la crónica diaria
que autoriza sin justicia
a matar en soneto

Mané Castro Videla