"¿Me recordarás cuando me haya ido?"
Dijo, como soñando entre nubes,
en aquella despedida lejana y triste.
"Recordaré cada suspiro de los labios
que dan fuego a las palabras que cautivan
y cautivarán por siempre mis oídos.
Recordaré cada reflejo del sol en tus ojos
cuando mirabas con ternura los míos.
Recordaré el suave y dulce tacto
de la belleza que narra tu piel desnuda.
Recordaré las noches en vela suspirando,
mientras se batía el valor contra la duda.
Recordaré por siempre tu carita blanca
y el rosado de tus mejillas cuando te miraba.
Recordaré tus pasos firmes avanzando
por aquel jardín que tanto querías.
Y recordaré tus risas en la mañana
cuando aún, con los ojos cerrados,
a las puertas de mi alma susurrabas
palabras dulces, lindas palabras."
Todo eso pensé en silencio
mientras desaparecía entre la niebla.
Quisiera haberle dicho tanto...
mas el orgullo sujetó mi pecho
y selló mis labios.
Comentarios1
que bonito escribes
me gusta mucho
un abrazo
Muchas gracias Alma!
Un abrazo.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.