LA PALABRA
La palabra se hace frase o se hace verso, verbo, escrito o habla, un útil sustantivo, un calificativo, un adjetivo; palabras sustantivas del escribir y del lenguaje.
Una palabra igual que precede a la otra, es empobrecida por otra, en el hablar desmesurado; y es pensada y sabia en el que habla con sensatez.
La palabra es engendrada en las mentes, corre y rueda en las tintas y ávidas plumas, se proyecta en papeles; pero todo antes, fue nutrida la palabra de preciadas letras, hurgadas y amalgamadas de un vocabulario, sinonimias vocablos de cualidades precisas para el que la usa o la expresa, e imprecisas para quien la descubre e interpreta en sus diferentes acepciones, significados; a decir “piedras” –durezas de un corazón mezquino-, a decir “lodo” –cual la suciedad pensada y actuada en la sociedad-, “nieve” –blancura de una alma pura - , e impensables formas. Su hontanar es la mente y el arco que las dispara, la boca que las evoca, de infinitas maneras, ¿cuántas palabras caben en una boca sencilla? ¿y cuántas más en una culta?.
La palabra nos comunica o nos confunde, nos une o nos distancia ¡cuánto valor tiene la palabra!. La palabra es elocuente, es altiva. Es precisa y útil como para describir la tristeza de una oruga a su paso por soledades de hojas secas o la felicidad de una hormiga solitaria que descubre un puñado de azúcar blanquecino, es tal, que con ella es posible relatar las penurias de una langosta hambrienta al no encontrar cultivo o el orgullo de una tortuga que en su carrera a una liebre ha vencido.
La palabra se destella o se tiñe de inimaginables matices, tan dulce como la miel cuando de halagar se trata; tan ácida como la misma mofa cuando irónica maltrata; tan ingeniosa cuando engañar pretende y tanto poder hay en ella cuando poder se busca; tan hiriente cuando se vierte brusca; tan tierna y tan inocente cuando es pronunciada por un niño; o cuando se desgaja del corazón de una madre, tan inmensa de amor y de cariño.
Así es la palabra, tan sumisa con aquel que bien la usa; tan indigna en la boca del que la desusa; tan verdadera como la inferida y no dicha por un mudo.
Así es la palabra, con -tanto valor como el que queramos darle- y tan ausente como aquella de quien miró, escuchó y sufrió, tuvo miedo y que de hablar no pudo, ante el que utilizó - todo medio inclusive la palabra para convencer y someter- como su escudo.
Lebusla
Derechos Reservados
- Autor: Lebusla (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de junio de 2016 a las 15:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: nelly h, nelida moni, rosamaritza
Comentarios6
La palabra, privativo del ser humano. Que lo usa a su antojo a sabiendas que tiene más poder que una bomba atómica o puede tener la dulzura de una frase de amor o puede ser tan hiriente como un puñal por la espalda dando.
El poder de la palabra....nada hay más poderoso en el mundo.
Hermoso tu escrito. Me fascinó. Dice tantas verdades.
Saludos
La palabra es la proyección de quien la usa,no hay mejor palabra la que porta sinceridad y la palabra silenciosa,cuando hay que meditar para su buen uso.
Hermosas tu definicion.
Saludos.
Si no tienes que decir, guarda silencio, me gustó
tu tesís sobre la palabra
Mi cariño amigo
Feliz día
Nélida
El poder de la palabra es mas grande de lo que muchos piensan, si solo pensaràn un poco mas antes de hablar, me incluyo en ese error, con el tiempo la experiencia nos enseña, gracias por compartir esta reflexiòn, mi querido amigo
cariños rosamary
con la palabra decimos tanto.Hermoso poema Lebusla
La palabra es una espada,
la palabra es una flor,
la palabra es alborada
es perdón y es amor.
La palabra es un pendon
de libertad y justicia
y es la sublime caricia
de un amante corazón.
La palabra es la razón,
la verdad, o la mentira
es una sublime lira
que va llena de ilusión.
Felicidades amigo por tan hermosa apología de la palabra.
Mi saludo con mucho afecto.
Me gustan sus versos rimados, impregnados de una perspectiva más apreciativa de la palabra.
Gracias por compartir amigo.
Mis saludos.
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