La gente dejó de pensar en lo que escribe, es más como un impulso, sin sentido real.
Pero si puede ser peor, pues dejaron también de sentir lo que escriben.
Sólo queda vacío en las palabras de muchos, excepto en las de aquellos que pueden entender
pues no son simples sentimientos falsos o casualidades programadas.
Son emociones.
¿Qué van a saber ellos?
Si no pueden ver lo que es descollante de la vida, su vida.
La gente también se olvidó de creer en lo que dice y llega a ser peor
cuando tampoco interpreta lo que oyen. No escuchan.
¡Autistas inexistentes!
Que todos sepan que se han vuelto invisibles para mis oídos, con ganas de escucharte,
ya no tienes voz para mis ganas de leerte, ni mucho menos tiempo para mi interés.
Pues qué más da, si somos pocos, o si sólo eres tú, quizás soy yo. Por qué estamos locos.
Pero yo no me trago sus miradas, como te tocan las mías.
- Autor: Daira Hernández (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2016 a las 01:50
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: Daira Hernández
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.