Llegué hasta lo más profundo de mí ser,
mis venas se abrieron por tanto dolor.
Taciturna deje que mi amante
me abrazara con su manto negro
deliciosamente,
me dejé llevar.
Confundí la noche con el día,
y el día con la noche.
Mis pupilas se desgastaron
y mis labios se cerraron.
Los minutos se convirtieron en eternidad,
la eternidad en oscuridad,
y la oscuridad en nada…
- Autor: Raquel Lainez 1980 ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2016 a las 19:34
- Categoría: Triste
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Comentarios2
Muy lindo poema.
Gracias por tu comentario Hugo. Un abrazo desde Honduras. Raquel
Cuando la nada te hace escribir algo con sentido; significa que esa vacuidad es un espacio abierto a recibir y crear en amor. Felicitaciones por tu sensibilidad. Un saludo poético des chile
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