Un verano en la mañana caminaba ella
por las arenas del mar.
De pronto, el olor de su piel inquietó a las olas.
Olvidando los barcos, los navíos,
los piratas y pesqueros,
en tropel llegaron arañando
en desesperación la
espalda de las aguas y
vestidas de blanco y azul.
Acompañadas de gaviotas
tocaron arpas y compusieron versos.
También asistieron estrellitas amarillas,
un caracol, musgos profundos y
un alegre y delicado caballito de plata.
Fulminadas por la pasión,
se enredaron en sus pies,
en sus muslos de marfil,
en el ombligo de taza,
en el vasto pecho y
en el pelo de medusa.
Y cuando se marcharon,
en sus labios ondulados dejaron el
recuerdo de la sal de sus amores y
corazones alborotados sobre la
celosa arena mojada.
- Autor: Samuel Santana ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2016 a las 10:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 157
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, Maria Hodunok.
Comentarios4
Fue lindo pasar
Saludos y abrazo
Nélida
Maravilloso el paisaje que nos estàs pintando en tus letras, poeta.
El mar y sus bellezas, unidos al amor, nos dejaron hermosos versos, que es un placer leer.
Saludos del alma.
Gracias por estar ahí.
Un poema maravilloso, ingenioso y fascinante, repleto de imágenes hermosas, me encanto pasar a leerte samuel, un cordial saludo poeta
Muy inspiradoras tus palabras y, sobre todo, saber que dedicas tiempo a leerme. Paz y amor
Precioso poema, felicidades
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