Su figura pequeña se instaló en una silla
y miró las ausencias del lugar,
se aferraba a rabias y dolores.
Usaba unos anteojos oscuros
para atenuar su intolerancia al universo,
permaneció inmóvil esperando nada.
Empezó a hablar lentamente:
- No tengo mucho que decir, dijo, sacándose los lentes.
- No sé muchas cosas, es verdad. No lloro no río.
Pronto develó que su padre lo maltrataba
que su madre no lo protegía, sus hermanos lo ignoraban
y vagaba haciendo cosas que no deseaba.
Los amigos se burlaban de él
en sus palabras faltaban letras en las letras silencios
vocales que lo llevaron a la duda y a la resignación.
Qué es lo que te gustaría ser en el futuro.
Con leve sonrisa, avanza y se endereza lentamente.
- Quiero ser DJ, responde con seguridad iluminada.
Se abren mil puertas y entra la gente
Se encienden cientos de luces multicolores
Se instala una multitud enfervorizada que escucha y salta.
¿Dónde estoy? Me pregunto
Estás sentado en la resignación,
parado en el resentimiento.
Salgo cada día a buscar un trabajo que no quiero,
encuentro a mi padre muerto que corre tras su propio sueño.
Lloro sobre la cama donde un día fui concebido.
¿Cómo te mueves al escenario del mañana?
Cambio mis creencias y devuelvo esperanzas perdidas.
Invento palabras, reemplazo vocales.
Ahora me subo al escenario, soy más alto y menos necio.
Me reconstruyo desde mis fortalezas.
Abrazo la multitud que me aclama y me respeta.
Me quedo adormecido, duermo y no sueño, he perdonado.
Suelto mi pasado, para que vuele con la música que estremece a los que han venido a verme.
Ya no me importan las promesas no cumplidas.
- Autor: Ricardo Nanjari (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2016 a las 14:49
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Sabias estrofas vierten tus hermosos versos, al iluminar con su ritmo y genial encanto, el alma de la filosofía del saber estimado poeta y amigo Ricardo Nanjarí...
Un placer haber leido tus hermosos versos...
Un fuerte abrazo de sincera amistad...
El Hombre de la Rosa
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