DE CORDURA Y DE LOCURA.
Loco quisiera estar más a menudo,
Con la cuerda locura que te alienta,
Que desinhibe, empuja y acrecienta
Nuestro valor en ese trance duro.
Quisiera estar locamente cuerdo
Y poner, en el fiel de la balanza,
Lo mismo de locura y de templanza
Si en mi mente y mi alma hay desacuerdo.
Quisiera ser Quijote y Sancho Panza
Y tomar su locura y su simpleza
En momentos de máxima zozobra.
Y escuchar a mi conciencia a ultranza
Dictaminar en mis dudas, como jueza,
Su exacta dosis en todas mis obras.
Junio de 2016
Jose Cruz Sainz Alvarez
- Autor: donrevis ( Offline)
- Publicado: 11 de junio de 2016 a las 06:25
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 82
- Usuarios favoritos de este poema: pani, Lebusla, Maria Hodunok.
Comentarios4
Bonito soneto.
Muy bien construído
Y una tesis interesante , sin duda.
Nada es bueno ni malo del todo, todo depende de la proporción y cantidad en que se use...
Saludos
Begoña
Gracias paisana, un placer tenerte de visita.
Un saludo.
Gracias M.B.
Un saludo.
Gran soneto, poeta.
Una dosis de locura siempre es buena para salir un poco de la realidad.
Locura y cordura se pueden llevar muy bien, y creo que todos los poetas poseen algo de las dos.
Me encantò leerte.
Feliz fin de semana.
Saludos inmensos.
Gracias amigo José Cruz Sainz Álvarez "Donrevis" por compartir tus valiosas letras y por supuesto por darme una fuente de inspiración…. Algo de mi humilde autoría que se me ocurrió escribir como réplica:
“Entre la locura y la cordura”
Les traigo en esta ocasión a colación
el tema de la chaladura y la cordura
pareciese que no pudiesen deslindarse
que están liadas con doradas costuras.
Desde el mismo momento en que nace
se encuentra el hombre en sus honduras
en un mundo de terribles paradojas
que nos acompañan a la fría sepultura.
Acaso no somos graciosos péndulos
como especie de parábolas en herradura
entre el lastimero llanto y las alegres risas
trascurre nuestra existencia sin abreviatura.
Y hay quien es como aquel desnudo rey
ante un pueblo, con aparentes vestiduras,
llenos de oropeles creemos vernos bien
y no somos sino cómicas caricaturas.
De momento somos pigmeos o enanos
y nos creemos gigantes de mucha altura
por la falta de sencillez y de humildad,
más la prepotencia es signo de amargura.
Locos estamos en un discordante mundo
y son muchos los que requieren ataduras
por no confiar en la armonía vital y natural
con su doble moral andan como caraduras.
Ya quisiera salir ante el orbe como Quijano
con adarga, con mi fe y en cabalgadura
para lograr resolver los mil entuertos,
a los depredadores meterlos en cintura.
Que cese ya la ley del hombre por el hombre
como explotación desenfrenada con locura
entendamos que el amor por nuestro prójimo
es ejemplo que nos obsequia la madre natura.
Ni es difícil, ni imposible es poder entender
lo que deja como herencia en las lecturas
el redentor nos ofrece la eterna salvación
si obramos como cándidos niños con ternura.
Lo dijo Bolívar en los estertores de su muerte:
Tres grandes majaderos sin remedio ni cura
y que muy bien se pueden contabilizar,
somos un trío en una historia sin enmendadura:
Jesucristo, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote
y este tan humilde servidor por añadidura.
Por Hermes Varillas Labrador
1334 13/06/2016
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