Desnudas y heladas
punzan el oxígeno
comprimiendo
la estrechez del escape
con la ventana quebrada
en esta espiral
rebotando
y perforando
la cicatriz
aún bombeando
latidos fugaces
con secuestros
recuperando
la dicha de entrar
una vez más
con la vida y la luz
en esa burbuja ocre
arrojada al universo
donde tachuelas y
roscalatas caen
en mis mejillas
perforando la angustia
la melancolía
en ese corazón
haciendo interferencias
con la frecuencia del adiós.
Comentarios1
El silencio le habla al dolor, es como un suicidio melancólico lo que te hace escribir tus angustias; es un dolor silencioso…
Saludos!
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