Una rosa estaba tronchada.
Sucia, doblada, ablandada.
Sus puntas ya ni pinchaban.
Al viento acompañaba.
Ni las gotas de rocío en ella se postraban.
Pero sus labios eran rojos.
Del prado, la más colorada.
El sol la brillaba.
Los pájaros la piaban.
Fue hasta objeto de declaro
para una joven amada.
- Autor: J.C.R (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de junio de 2016 a las 13:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.