¡FUEGO ARDIENTE EN MI BOCA!
Se me han ensanchado de nuevo
estas ganas de vivir
y voy a devorarme el mundo
igual que brioso alazán.
Tengo prendida a mi grupa
la más guapa de las musas,
que lleva alforjas cargadas
con mies y luz abundante,
de letras finas que al darme
son fuego ardiente en mi boca,
convirtiéndose en palabras
que luego brotan cual llamas
sonoras y muy graciosas
y crepitan en la pluma,
armando una sinfonía
donde todos los colores
muy puntuales se dan cita,
creando un arco sonoro
con las notas inefables
del pentagrama que vibra.
Juntos hemos recorrido
en feraz itinerario
aquellos bellos lugares,
por donde también pasaron
dioses y héroes solitarios.
En la Cuenca Mediterránea
nos quedamos extasiados
un atardecer glorioso
en las alturas de Capri,
teniendo en frente a Pompeya
con su vecina Herculano,
custodiadas por el Vesubio
después del furioso baño,
que el año setenta y nueve
con hirvientes materiales
en las entrañas cocidos
les hizo correr a mares,
dejándoles sepultadas
bajo la ira anunciada,
por tanta dilapidación
de la moral necesaria
y licencia exacerbada.
No quieras abandonarme
que sin fuerzas quedaría
y mientras vayas conmigo
los dioses nos son propicios.
El periplo agotaremos
hasta las mismas antípodas
sin temerle a felonías...
¡Porque juntos venceremos!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino
- Autor: Condorandino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2016 a las 00:24
- Comentario del autor sobre el poema: Aquí el poeta habla de un viaje realizado con su musa, en el cual narra un puñado de visitas y aventuras. Todo termina con la fábula de la victoria, representada en el dúo: poeta y estro (musa). Condorandino
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 71
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