Soy América mestiza
y tengo la sangre verde
de paisajes vegetales
donde el trueno nunca duerme.
Me adornan cintas de plata
que rotulan geografías,
de ponientes a levantes:
ríos de selvas bravías.
Mi columna es cordillera,
vértice de horizontes
que a las nubes arrebata
albas cumbres, altos montes.
Piedra sagrada que esconde
en el vientre de mis Andes,
auríferas ambiciones
que se perdieron en Flandes.
Etéreas plumas del cóndor,
arcano del alto vuelo;
testigo de aquella gesta
de los tiempos de otro dueño.
Sierras, quebradas y valles,
vastos llanos y praderas,
lagos que besan el cielo,
pampas, desiertos y arenas.
Meridianos litorales
de océanos insondables
acunaron las culturas
y sus dioses ancestrales.
A mis orillas llegaron
los osados extranjeros
y trajeron a mis costas
broncos cañones y aceros.
El Asia por mí suspira
y de Europa soy quimera.
Yo abrazo al ancho mundo;
el confín es mi frontera.
Soy la tierra prometida,
paraíso del quetzal;
soy el alma de la piedra,
Machu Picchu colosal.
Y en las noches diamantinas,
en un cielo como el tul,
fulguran mis cuatro estrellas
que forman la Cruz del Sur.
Carlos Oyague Pásara
- Autor: carlos oyague pasara ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2016 a las 06:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 258
- Usuarios favoritos de este poema: Black Lyon, Lebusla
Comentarios2
Nusestra Amèrica, una sola naciòn, un solo pueblo. Saludos.
Gracias por tu comentario, Mauro.
¡Qué preciosidad! Saludos.
Así es nuestra América; preciosa. Gracias, Melba.
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