Por la fresca tarde del estío
A la ventana a solas quedando
Se percibe el gran poderío
Del cielo; lo admiras callando.
La llanura azul infinita
El cerúleo techo del cielo
Turquesada bóveda bendita
Sorbe la vista con sumo anhelo.
Abarca la eternidad temible
El lindo cielo vespertino
Ilimitado e indivisible,
Callado, frío y divino.
La luna plateada adorna
El toldo azulado de seda
El sol a la mar se retorna
Y el oeste con luz emboveda...
- Autor: Ivan Medvedev ( Offline)
- Publicado: 18 de junio de 2016 a las 14:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez, pani
Comentarios1
Querido Amigo Ivan ,
Elegante expresar .
Un gran Abrazo .
Muchas gracias, Edmundo!
Saludos muy cordiales.
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