Siento un nudo en la garganta
lleno de espinas,
quemando mis ansias, los sentidos
y mi alma.
Miro cada segundo que pasa
detrás del cristal
de un reloj de pared
roto y polvoriento.
Me duele el silencio
que mata los aullidos de la noche,
mientras una lluvia de ideas locas
limpia la ventana.
Mis manos temblorosas
por la ausencia del abrazo,
que entre sueños de madrugada
nos entrelaza.
Cierro mis ojos
buscando tu imagen grabada
en recuerdo o melodía,
que danza entre espectros
que delinean tu silueta,
¿Y yo? Imagino besar tu espalda.
Al filo de la noche atormentada
observo que en el lecho,
existe un aroma más bello
impregnado en la almohada.
Enloquezco entre miradas perdidas
de puntos cardinales de una habitación vacía,
que implora tu voz,
tus carcajadas.
Si en instantes escucho tu respirar agitado
mis manos se aferran a mi cara,
para detener la pesadilla
de una locura de amor, que avanza.
Estás en distancias donde el camino se viste de tristeza, llora el ave errante,
triste la sombra del pensante,
voz callada de los gnomos ausentes.
¿Y mis musas?
¡Muertas!
Entre rosas negras.
En esta soledad que mata
camino arrastrando la pena de tu olvido
mientras la lluvia canta.
del poemario "Musas Prohibidas"
- Autor: Ramón Olivares ( Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2016 a las 04:06
- Categoría: Amor
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Siomara Henriquez
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