Las sombras de antaño
Me comen la vida,
Me buscan juntando
Cosas ya pasadas
Y te encuentran siempre
Mirando en la nada.
Mis sombras se ríen
Y se van contentas
Mientras crece dentro
De mi pobre alma
Toda la alegría
De mis esperanzas
Mirando en el valle
De reyes que duermen
Al paso de otros
Que roban el templo
Joyas ya olvidadas.
El oro, el marfil,
El azul del cielo,
Y el color del agua
En el suelo rojo
De embrujos extraños
En los pedestales
De los faraones
Que corren al río
Dejando en la arena
Montañas de piedras
Naranjas y blancas.
Templos tan perdidos,
Tumbas sacrosantas
De dioses caídos,
Vidas inmoladas
Por grandes pavadas
Con los aspavientos
De mirar al Nilo
En mármoles rosa,
Estatuas tan grandes
Que cubren de miedo
Las cuevas y el alma.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de junio de 2016 a las 22:42
- Comentario del autor sobre el poema: Las estatuas de los faraones son enormes, para afligir miedo a los enemigos que podían llegar navegando por las aguas del Nilo.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 16
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