Acera de un pueblo costero de Castellón. Cerca su Cruz de los Caídos. Una farola en un costado, una papelera vacía de metal que cuelga sobre su base. Alrededor papeles, bolsas de basura, cartones... un coche negro aparcado sobre un desagüe embozado junto la farola. Frente a la farola, un portal de vieja fachada que araña la vista. Dos persianas, a izquierda y a derecha con letrero de se traspasa, y en el centro una tienda abierta con rotulo luminoso: ultramarinos Don Joaquín. Suenan a grillos de altavoces colgados de una esquina, música de pasodobles festivos. Una pared con carteles pidiendo el voto de las próximas elecciones a una candidatura de unidad popular. Un tendero en la acera contempla frente la cruz de los caídos semejando su figura la de Satanás. Ve pasar a tres chicos jóvenes y calvos que andan por la carretera hablando entre si.
Crisma a Pensamientos:
-Tienes pelusilla en la cabeza.
Pensamientos con semblante agrio :
-En cuanto vea al peluquero, le atizo y le pido que me devuelva dinero. Se ve pelo.
Arrepentimiento, declamando:
-Chino tenía que ser el peluquero. No hay ya peluqueros españoles. Hay que joderse.
Pensamientos:
-Dentro de poco habrá uno, en cuanto mete al chino de los cojones.
Crisma pegando una palmada en el aire:
Chinito gracioso.
El tendero, mojando el cigarro en los labios, con aire del burgués piadoso conocedor de las buenas costumbres, al paso por su lado de los tres jóvenes, da un pequeño gritito
Se camina por la acera.
A Crisma se le inflama la vena de la cabeza y se sube a la acera a ritmo de pasodoble torero con mano abierta que le gira la cara a Don Joaquín.
Gritos asustados de Don Joaquín:
Ay, Ay, ay,
que me matan.
a mi la autoridad.
Llamar a la guardia civil.
Se escuchan pasos en el ultramarinos donde solo está el empleado, un chico llamado Rufo que acaba de terminar sus estudios de químico y trabaja casi gratis como aprendiz de ultramarinos cotizando dos horas al día y trabajando doce, incluso festivos.
Cierra Rufo la puerta acristalada blindada, viendo como pegan a su jefe con una sonrisa bufonesca. Don Joaquín, suplicante y comprendiendo lo que le pasa a Rufo , da palmadas al cristal deseperado:
Por lo que más quieras Rufo, abre la puerta que me matan.
Insiste patéticamente:
Te lo suplico, hazlo por la amistad que me une con tu padre, compañeros de escuela.
Don Joaquín va resbalando por el cristal donde deja rastro de sangre para yacer tendido en la acera a los pies de Rufo que mira desde el otro lado irónico.
Los coches pasan indiferentes. Un transeúnte surge en la acera. Es el propietario del coche negro aparcado junto la farola . sube a su auto con cuidado de no pisar a Don Joaquín al que le da los buenos días. Arranca tras encender la radio y poner el intermitente y se aleja.
Ahora, una sombra casi fantasmal cruza por esa acera mientras le chafan la cabeza a Don Joaquín.
Los tres jóvenes inclinados sobre el cuerpo del casi difunto observan agitados la sombra. Un ser con la cabeza envuelta en un burka se dirige hacia ellos con ademán y discurso fraternal, igualitario y revolucionario.
Salve hermanos.
Os estaréis preguntando si soy una amenaza para España por llevar este burka.
Más os alegrara saber que aquí bajo, habita varón marxista que deambula sin saber a donde va.
Llevo tiempo contemplando y sufriendo como la unidad ya no la forman los opuestos, como debiera ser, sino que la unidad la forman los iguales. Estos han hecho de las ideas la misma cosa, y la cosa ya no tiene sueños.
Quizás, los últimos que tengamos sueños, seamos nosotros, los que estamos en los extremos. Los opuestos, los que forman la unidad verdadera.
Este burka que me veis puesto, es el símbolo del dolor por las ideas perdidas, y el símbolo de la exclusión social que he padecido por gente llamada tolerante y demócrata, que realmente ocultaban bajo las palabras igualdad, libertad, fraternidad, los intereses egoístas de lo mercaderes, como al que le estáis pegando. Este concretamente me denunció a la policía un día por coger una lata de atún y es de los que compra lechugas a Portugal a un preció de miseria. Y seguro que al chico que tiene en la tienda lo explota. Gente como esta es el verdadero enemigo de la patria, y no lo emigrantes.
Los tres jóvenes, Crisma, Pensamientos y Arrepentimiento, se incorporan para escuchar al burka parlante.
El tendero aprovecha para reptando por el suelo para huir de la escena.
Burka les sigue hablando con tranquilidad y emoción.
He pasado hambre, he sufrido enfermedades de pobreza, he sido detenido, imputado durante años, sin motivo, he visto morir de hambre a uno de mis perros en mis brazos mientras en la casa de enfrente tiraban las sobras de la comida a la basura, los políticos robaban todo lo que querían y nadie decía nada.
Muchos de los que defendía la dignidad, haciendo marchas pidiendo mejorar sociales, tras llegar a la meta , su conciencia les hacia olvidar, si es que conocieron de verdad la vida de miseria de los barrios lumpemproletarios la dignidad para pactar, tolerar, sentarse con los fascistas, llamando a esto hacer política.
Por este motivo, compañeros, he salido hoy de casa con este peine.
Saca del bolsillo del burka un peine.
Quiero cortarme el pelo con vosotros.
Crisma, Pensamientos y Arrepentimiento se miran y dialogan con voz baja. Burka espera una contestación.
Crisma:
debemos matarlo.
Arrepentimiento:
Yo creo que hay que matarlo.
Pensamiento:
No sé.
Quizás debiéramos matarlo.
Burka con curiosidad pregunta:
¿ qué habéis decidido?
Crisma confundiendo las palabras:
Que te vengas con nosotros.
Suenan sobre su calva dos collejas:
Crisma mirando a sus amigos
¿ qué he dicho?
Angelillo de uixó.
- Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de junio de 2016 a las 08:01
- Comentario del autor sobre el poema: Canto sobre el fin de las ideologías bajo un burka que oculta a un marxista en días previos a las elecciones.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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