Un hombre caminaba por Saturno
Embebecido por sus bellos anillos
El viento era desconocido
Deleitaba su camino
Se encontró con cientos de desahuciados
Acechaban su destino
En momentos volaba
Tratando de subir a los anillos
Pero alguien lo regresaba
Señalándole que ese no era el recorrido
Saturno era un Dios, el lo recordaba
No sabía en qué mundo o tiempo lo escucho
Pero intuía la presencia de una gran sabiduría
El hombre siguió el camino
Hasta llegar a un gran río
Ahí se tropezó con un anciano
Qué le dijo: Aquí no eres bienvenido
Lloro el hombre implorando respuestas
El anciano solo sonreía
¿Qué me miras cuestionaba el hombre?
Carcajadas solo se escuchaban provenientes de aquel viejo.
Los anillos brillaban con mayor intensidad
El planeta entero giraba a más velocidad
El anciano y el hombre poco a poco se reconocían
Los desahuciados no lo comprendían
Saturno lo sabía
Padre e hijo al fin se conocían.
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