LAS MONTAÑAS PERDIDAS

Norberto Molina Guerrero

Como hipnotizada por los pensamientos que atrapan la atención de aquella princesa esperando llegar, como el caminante, yo no sé a dónde.

Mientras contempla con muchísima atención los escritos en su cuaderno, escucha, o, parece escuchar, lo que el profesor le dice… ¿qué pasará por la mente de aquella bella princesa?

Las montañas están allí, afuera, esperando ser contempladas por los ojos brillantes de aquella encantadora princesa, esperar el grito de alegría, de desespero o emoción, pero escuchar algo su voz.

El eco que acompaña las ilusiones están allí, en aquellas montañas perdidas, en donde está un corazón, esperando la atención de los pensamientos y de aquellos ojos brillantes.

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