El hombre, encontró un árbol hueco
lo golpeó con el puño
el sonido espantó el silencio
los pájaros volaron
mientras una suave brisa
hizo coro en la hojarasca.
Maravillado el hombre
golpeó nuevamente
hasta el dolor de las manos
entonces calló todo.
Entristecido el hombre
silencioso el aire
crujió el árbol
cayéndose una rama.
El hombre, con luz en los ojos
tomó esa rama y golpeó
hasta que el sol se hizo noche
entonces, ese hombre
de pié, levantó los brazos
sabiendo que había encontrado a Dios.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2016 a las 10:04
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 95
- Usuarios favoritos de este poema: Black Lyon
Comentarios1
A veces el enojo lleva a la respuesta divina de una forma extrema.
Un poema surrealista a la máxima potencia.
Un afectuoso saludo de esta modesta persona que pretende entender todo.
Tus interpretaciones, son tan válidas como la del autor. En esta escena, veo la casualidad de la creación de Dios por el hombre, cargada de ingenuidad y un poco de frustración.
En mi evangelio..., el hombre creó a Dios en algo más de siete días, por lo visto..., pero no me hagas caso, espero que si Dios existe, aún tengo el recurso del personaje puro y creyente, que observó todos los sacramentos y seguramente intercederá por mi.
Un saludo
Esteban
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