La noche me la paso entre sorbos cortos
de mi trago no terminado.
Tanto alcohol y hielo
me hacen crear estos versos que lees.
Escribo mientras intento terminarme un cigarrillo,
sin quemarme los labios o las dedos
de mi mano ligeramente maltrecha.
Las palabras llegan a su ritmo,
con su calma.
Con el mismo paso que mi vaso se torna vacío.
Entre los sorbos,
pienso calladamente.
Hay tanto que pensar,
la mente no da para tantas cosas.
El vaso sigue sin terminar.
Como mis mil y una preguntas.
Suspiro,
los pulmones al menos
aún se tragan el aire toxico de cigarrillos incompletos.
Como mi vaso.
La piel me pica.
Los pies casi no los siento.
Al igual que el corazón.
Otro sorbo, el vaso no se termina de vaciar.
La tinta parece eterna en estas páginas.
Parece como mis preguntas.
Toman carácter y la expresión de preguntas.
Pero decido no pensar.
De nada sirve llenarse la cabeza de preguntas.
Así como no me sirve llenarme
el vaso de mas alcohol.
Las dos,
no me llevaran a nada.
Solo simplemente me hacen alguien,
mas miserable.
Es mejor terminar mi vaso.
Para que las preguntas terminen,
y sean borradas.
Y que mi mente termine como este vaso.
Simplemente,
vacío.
- Autor: Robert Davidson (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2016 a las 13:23
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Viento de amor
Comentarios1
Hermosas letras reflexivas,saludos
Muchas gracias, saludos a ti tambien
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