Soy niño y de abril a mayo,
hay una distancia enorme
los años, duran el doble,
y un día es formidable.
Las horas en ocasiones,
duran años o eternidades,
y un minuto, una hora más.
Soy joven y de abril a mayo,
hay exactamente un mes,
un año dura solo un año,
lo que el tiempo justo es,
un día se disfruta al máximo;
hay horas que parecen minutos,
y minutos que no los sientes.
Soy adulto y de abril a mayo,
la distancia corta es.
¡Parece menos que un mes!
Cada año que pasa es más corto,
y un día en ocasiones hora es.
La hora se ha vuelto minuto,
y un minuto; casi no existe.
Soy viejo y creo que…
no existe abril o mayo,
un año, ¿qué tanto tiempo es?,
Los días uno tras otro se suceden,
la hora un suspiro ahora es.
Los minutos la vida me extinguen
y siento como los segundos,
me devoran poco a poco, con placer…
Soy hombre, lo eterno es dios
y para él; no hay tiempo,
todo lo ve sencillo… y eterno.
- Autor: Caballo Negro. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2016 a las 02:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: Black Lyon, Lita_81, Alexandra L, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios3
¡Bravo!
En efecto, Cronos, es imparcial, aunque dentro de todo su contexto y realidad, al crecer el tiempo se va como agua entre nuestras manos. Lo ha expresado muy bien.
Y, así es con respecto a ese ente necesariamente necesario, el tiempo es sencillo. Empero, la inmortalidad nos aguarda. Ya sea con razón o sin ella. Vida prosigue.
¡Felicitaciones poeta!
BL.
Precioso poema. En trascendencia al reloj biológico de la vida. Felicidades, le ha quedado sin lugar a duda con una explicita trascendencia de tiempo. Saludos fraternos
La vida escapa en cada minuto, solo nos damos cuenta a esa hora en que apenas es un suspiro. Hoy vamos de paso camino a la eternidad, en otras formas, en otras vidas. Placer leerte.
Feliz tarde, Alex.
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