Y entonces sangro. Sin quererlo sin temerlo. Aquí y ahora. Sangro por el mañana. O quizá por el ayer. Seguramente siempre ha sido así.
Y entonces sangro teniendo aún a mi lado. Desnudo a mi lado y sangro. No me muevo. Me paralizo y sangro. Sangro hasta quedarme sedienta por dentro.
No es la primera vez pero es la última. Ya no hay fuerzas ni sangre. Ya no palpito, sangro como si no hubiese fin. Sangro.
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