Las risueñas auroras perfuman
dulcemente su nombre
expira el aliento celeste
y el azul se desvanece
vestido de la madurez del paraiso
y en lenguas antiguas
el pan del cielo
se tiñe de eterno y bendito.
Pinten los ríos de cristal
los pájaros de dorados
que las flores danzen en alabanzas divinas
los cirios de flama santa
y todos los santos lleguen gozando
de sus mansiones de mármol.
Las vestiduras de seda radiante
arropan a los santos,
cantan y adoran
con sus cantos celestiales.
El pan del cielo está en la oración
va nutriendo los pasos del servidor
nace un santo, un ángel luz de Dios
y gozan de la gloria de nuestro creador.
Rosa Maria Reeder
Derechos Reservados
- Autor: Rosa Maria Reeder ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2016 a las 11:08
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 87
- Usuarios favoritos de este poema: yony1971, Myriam Estrella B
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