A mi lado la noche te dispuso,
blanco río de espesura,
en silencio me invadiste.
Las manos de las sombras te empujaban.
Yo habitaba un desierto,
tus besos sembraron un bosque.
Mis sangre te reconoció al instante,
palpitó mi alma como un diamante escondido
en profundas grutas del otoño.
En el pasado mi voz clamó tu nombre,
te buscó tantas veces en la tierra,
te llamó tantas veces en los senderos,
mis ojos indagaron las ciudades más extrañas.
Murió el miedo y el llanto
cuando tus palabras me nombraron.
Rodó como un trompo mi delirio.
El entendimiento apretó mi corazón
y salió la esperanza a recibirnos.
Muéstrame el espejo de tu amor
que la imagen de mi vida se hará posible.
Eres un pez en las olas de la playa,
navegante de mis sueños, realidad de mi destino.
Es la hora de la vida, vayámonos donde la felicidad
nos abra sus secretos.
A su palacio nos invita la verdad.
- Autor: clonariel ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2016 a las 17:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 101
- Usuarios favoritos de este poema: Yolanda Barry, Alejandrina, errante
Comentarios2
Mi rey de las metáforas dichosos los ojos que placer verte y con letras tan tuyas.recibe un fuerte abrazo con mucho cariño.
aaah que alegría encontrarte de nuevo amigo y mejor poeta, se te extraño muuuuucho, como siempre tu poesía es un oasis en el desierto.
Con genuino aprecio Alejandrina.
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