Conversación con un hombre muerto

M.M.Milos

Apagaron las luces.
¿Qué no ves?
La ciudad,
fantasma entre gases y nubes;
sí, nubes,
oxidadas,
apunto del lloriqueo.
Sus lágrimas han inundado calles,
matando al pueblo que la ha hecho llorar.
Sí, el pueblo,
seres danzántes entre el caos.
Ríen y aman;
sí, aman,
el amor es lo que los mantiene vivos,
pues lloran y no mueren como las nubes.
Caen y se levantan,
no como los árboles.
Cantan sin esperar nada más que el desahogo;
Sí, cantan,
para aliviar su llanto.
Pero yo,
yo no alivio mis llantos,
yo vivo del llanto.
Soy una nube apuntó del estallido,
pero no desaparece,
solo estaré ahí,
como fantasma en la ciudad.

 

  • Autor: M.M.Milos (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de julio de 2016 a las 09:30
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 86
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios1

  • John morales

    Buenos verso amigo; estamos muertos en realidad, como decía este gran poeta del siglo XX:



    LXXV
    Estáis muertos.

    Qué extraña manera de estarse muertos. Quienquiera diría no lo estáis. Pero, en verdad, estáis muertos, muertos.

    Flotáis nadamente detrás de aquesa membrana que, péndula del zenit al nadir, viene y va de crepúsculo a crepúsculo, vibrando ante la sonora caja de una herida que a vosotros no os duele. Os digo, pues, que la vida está en el espejo, y que vosotros sois el original, la muerte.

    Mientras la onda va, mientras la onda viene, cuán impunemente se está uno muerto. Sólo cuando las aguas se quebrantan en los bordes enfrentados y se doblan y doblan, entonces os transfiguráis y creyendo morir, percibís la sexta cuerda que ya no es vuestra.

    Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás. Quienquiera diría que, no siendo ahora, en otro tiempo fuisteis. Pero, en verdad, vosotros sois los cadáveres de una vida que nunca fue. Triste destino el no haber sido sino muertos siempre. El ser hoja seca sin haber sido verde jamás. Orfandad de orfandades.

    Y sinembargo, los muertos no son, no pueden ser cadáveres de una vida que todavía no han vivido. Ellos murieron siempre de vida.

    Estáis muertos.



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.