Espero llamarte un día
y que seas mía,
quererte como el niño quiere a la madre,
o el campesino a su montaña.
Quisiera llamarte un día
y que seas mía,
y que me digas al oído:
te amo,
y sentir tus caricias en mi cuerpo.
Quisiera llamarte un día
y que seas mía,
como los pétalos de una rosa
o el aire que respiro,
quisiera llamarte un día
y amarnos en mi regazo
hasta el fin de nuestros días.
Quisiera llamarte un día
y seas por siempre mía.
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